Cuando llegue al estadio, jamás pensé en que el resultado final seria tan abultado, es más tenia el mismo sentimiento de amargura, frente al triunfo de La Católica por 2-0 ante América, de México. El equipo ese día jugo un gran partido, según la prensa, hasta antes de este, el de más alto rendimiento del equipo en el segundo semestre.

Sin embargo, de a poco fui entendiendo que la noche seria muy feliz para nosotros. Lo primero fue ver la Barra Los Cruzados, nuevamente compenetrada con el equipo y contagiando al los mas de 8 mil asistentes, a San Carlos de Apoquindo. Es por eso, que con la primera llega del partido, a sólo minutos del inicio, el estadio entero supo que la clasificación era cosa de minutos.

La primera estocada a los “Darseneros”, fue a los 7 minutos del primer tiempo, donde Julio Gutiérrez abrió el marcador, justo lo que se necesitaba, matar desde el principio. El “Taty” también tuvo su momento de gloria, ya que gracias a él, se mantuvo la baya invicta, por que los uruguayos llegaron en un par de ocasiones, con a claras posibilidades de gol.

El minuto 38 del primer tiempo fue en donde la UC liquidó el partido, porque con el golazo de Milovan Mirosevic, la figura del partido. Gracias a su titularidad desde el primer minuto, el quipo obtuvo un gran poder ofensivo. Su gol significo que el partido se le pusiera cuesta arriba a los visitantes, a pesar de quedaban 45 minutos por jugar y con un gol de ellos, clasificaban.

La segunda etapa fue el reflejo de la Hinchada Cruzada, que no paraba de cantar a sus jugadores, entusiasmándolos para que lograran la tan anhelada clasificación a la fase regular de la Copa Nissan Sudamericana. Es por eso que los tantos de Marcos González y el golazo de una de las figura del encuentro, “Lucho Pato” Núñez, fueron la lapida para un rival que en casa, obtuvo un triunfo injusto para la UC.